JAV & JOS con Lu y Ju

Balcón de piedras
Memorias de un vigía, por José Simón Escalona

JAV & JOS con Lu y Ju

El sábado 8 de mayo fue el estreno de “Jav & Jos” bajo la dirección y versión para Teatro Zoom de Luis Fernández y la producción de Mimí Lazo para su plataforma virtual. Estuve toda la semana preparándome para la experiencia. Es la primera vez que se estrena una obra de mi autoría en ésta nueva modalidad. Había conversado con Luis sobre esta posibilidad hace meses y decidí dejarlo todo en sus manos, en su mágico talento. No quise intervenir en el proceso, es mi costumbre. Como dramaturgo hay que confiar plenamente en el director y productor al que entregas los derechos de representación. Tengo a Luis Fernández como uno de mis mejores artistas Theja, y también un gran respeto y admiración por Mimí Lazo. Ellos produjeron esta obra en el 2004 como su primera producción independiente, un éxito abrumador. Sumado a todo esto, retomaba el escenario Juan Carlos Alarcón, otro de mis pupilos Theja, un  prodigio.

José Simón Escalona, Xiomara Moreno y José Manuel Pozo – 1984 en el Eugene O’Neill Theater Center de los Estados Unidos de Norte América

Fue inevitable rememorar el nacimiento de “Jav & Jos” en 1984 en el Eugene O’Neill Theater Center de los Estados Unidos de Norte América, durante el 20 Aniversario de la Conferencia anual de dramaturgia, que por primera vez y en celebración especial invitaban a un grupo de dramaturgos extranjeros. La invitación llegó al Ateneo de Caracas, a Carlos Giménez por medio de su amigo y compatriota argentino Alberto Minero, director del Departamento de Teatro del Centro de Relaciones Interamericanas con sede en New York. María Teresa Castillo le propuso que me entregara a mí la invitación, pues el Grupo Rajatabla no tenía en su equipo un dramaturgo que cumpliera con las condiciones que imponía la invitación. Me llamaron a la oficina del nuevo edificio ateneísta y me recomendaron al Centro O’Neill. Fue Xiomara Moreno quien se encargó de registrarme, pues yo dudaba de que existiera la posibilidad de ser aceptado. Cuando recibimos la comunicación con la invitación formal, quedé paralizado. Así que el ímpetu de Xiomara se impuso, me escribió: “no me quedo sin ir a New York”. Se empeñó en el viaje y ante la negativa de patrocinio de las instituciones culturales nacionales, consiguió que la ONTEJ accediera a concedernos dos pasajes aéreos a tarifa estudiantil que pagamos con nuestros propios medios y el 10 de Julio de ese año fantástico, solo Xiomara y yo partimos a New York. Nos habíamos puesto en contacto con José Manuel Pozo, del grupo Autoteatro de Javier Vidal, residente y estudiante en La Gran Manzana para completar el mínimo de participantes que exigía la organización americana. Un autor, un director, y el número de actores del reparto de la obra aceptada para la “Experiencia O’Neill”. Tuve que asumir dos roles, autor y actor.

“Parece una película de Herzog”, comentó Xiomara cuando el tren se detuvo en la Estación Central de New London, Connecticut, un puerto impregnado por una mezcla de olor a mar oceánico y a Planta de energía nuclear. Nos esperaba Nancy Dolensek de la Oficina de Relaciones Públicas del Centro. La Experiencia O’Neill bajo la dirección de Lloyd Richards coordina el trabajo de al menos 20 escritores de teatro, cine y televisión que seleccionan entre miles de solicitudes cada año. Luego invitan a los productores más distinguidos del país para presentarles los proyectos. Yo conocía a Edward Albee a través de Isaac Chocrón cuando monté ¿Quién le tema a Virginia Woolf? para el Nuevo Grupo y el autor nos visitó en Caracas. Tenía el aval de uno de los copatrocinadores de la Conferencia. Conocimos también a Robert Redford, auspiciante de la Fundación y a George White, Presidente del Theater Center. Nos presentaron a Corinne Jacker, la dramaturgista y encargada de la traducción junto a  nuestro José Manuel Pozo. El trabajo con esta mujer influyó firmemente en la precisión del lenguaje de la obra. También Xiomara y José Manuel tuvieron una fuerte influencia en su desarrollo y hasta llegaron a contribuir con la escritura que tuve que terminar en cuatro días. Yo envié solo una parte de la obra y no sabía que debía estar totalmente desarrollada para trabajarla con la dramaturgista asignada para el proceso de la experiencia. Yo estaba acostumbrado a la presión por mi trabajo como escritor de televisión. Había renunciado a mi cargo de Escritor en Radio Caracas Televisión el año anterior del fatídico viernes Negro (1983) y estaba contratado por Telemundo de Puerto Rico, un largo contrato que iniciaba con una primera telenovela que titulé “Viernes Social”, una frase popular puertorriqueña para mencionar el desnalgue de los trabajadores los días viernes luego del horario continuo hasta la “hora feliz” del inicio del fin de semana. Por supuesto yo estaba encantado con esa manera de celebrar lo mundano de la isla. Regresando a La Conferencia, trabajé sin dormir durante cuatro extenuantes días, y la implacable disciplina de Corinne me hizo revisar y corregir la obra hasta que tuviera su diálogo magro, preciso, corto, muy al estilo dramático americano. Por eso “Jav & Jos” tiene la exactitud de frases cortas y directas que le dan efectividad al diálogo sin perder color local, su ritmo latino. Esa mezcla fue lo que más llamó la atención de críticos y productores americanos, destacaban su existencialismo becqueriano y su lenguaje mágico realista, como estaba en boga nombrar a la escritura latinoamericana por el éxito de García Márquez. “Jav y Jos” fue un éxito total en el Centro O’Neill, tengo cartas, críticas y tantos papeles sobre aquellos días; y rememoro en especial el tiempo en que nos quedamos Xiomara y yo con José Manuel en New York, luego de los 21 días agotadores pero plenos de arte y emociones sobre el “resplandor en la hierba” como lo mencionó la afamada revista Newsweek. Disfrutamos fascinados los sorpresivos honorarios.

Javier Vidal y yo estrenamos la obra en el Ateneo de Caracas en 1986, pero recuerdo especialmente la función en el Teatro Municipal de Caracas para celebrar los primeros 15 años del Grupo Theja en 1988, con la participación de todos los integrantes del IV Taller de Jóvenes Artistas del grupo Theja. Una de las generaciones más connotadas de nuestra agrupación. Allí estaban en sus inicios Luis Fernández y Juan Carlos Alarcón, junto a Gerardo Soto, Indira Páez, Manuel Villalba, Kathy Cardozo, Juan Carlos Ariza, Nelio D´Abreu, María Fernanda Lemoine, Manuel Carrillo, entre una pléyade de otros 30 jóvenes artistas.

El sábado pasado me senté frente al televisor y la misma emoción del O’Neill, del Municipal, de la versión de Mimí Lazo Producciones, me conmocionó hasta el llanto. No sé qué tiene ésta obra que siempre me perturba, me remueve, me confronta. La versión de Teatro Zoom es tal vez, la más inquietante, la más dramática y desgarradora. La evocativa lectura de Xiomara Moreno, luego la teatral y exquisitamente artística puesta de Javier Vidal, la más vodevilesca de Daniel Uribe y ahora la más trágica y vanguardista de Luis Fernández, me estremecen profundamente. Es una obra que se luce en ese innovador lenguaje teatral-audiovisual que exploran Luis Fernández y Mimí Lazo redimensionando la obra de manera magnífica. Un equilibrio entre estética y transgresoras imágenes, le dan actualidad y universalidad al lenguaje, eso que ahora llaman Glocalización. La producción y la puesta virtual profundizan la contemporaneidad del texto, reinterpretando su existencialismo trágico al contexto actual con genialidad y arte vanguardista. Las actuaciones de mis amados Luis Fernández y Juan Carlos Alarcón no puedo más que catalogarlas de brillantes, rigurosamente acabadas, reveladoras de la madurez interpretativa de estos dos impresionantes actores. Agradezco la colaboración de Angélica Escalona con su extraordinario trabajo coreográfico, las voces de las destacadas actrices Julie Restifo y Nacarid Escalona, la cámara y asistencia desde Brasil de Eben Renán, por nombrar a los colaboradores miembros del Theja, junto a todo el talentoso equipo realizador; pero en especial la firma de una mujer que admiro y adoro por tanto arte y pasión, la diva Mimí Lazo.

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José Simón Escalona

Nace en Ciudad Bolívar, Edo. Bolívar, Venezuela, el 17 de mayo de 1.954. Estudió Arquitectura en la Universidad Simón Bolívar y Artes en el Instituto Pedagógico de Caracas. Inicia su actividad artística como actor en 1.967 y funda el GRUPO THEJA en 1.973, agrupación cuyos éxitos han traspasado nuestras fronteras y en la cual se desempeña como Presidente Fundador y Director Principal.

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