HACIA LA CELEBRACIÓN DE NUESTRO 50 ANIVERSARIO
Temporada 1998
Pessoa es un referente poético para los que de alguna manera u otra, gustan de la poesía. La vida de Pessoa es tanto, o más fascinante que su propia obra. El hecho de escribir una poesía tan dramática me motivó a pensar que Pessoa podría subir a las tablas algún día. No a contar su vida como un historiador o especialista, sino a jugar sobre la escena como lo hizo en vida Pessoa. La pluralidad me incitaba a la esquizofrenia. Causa que me llevó a pensar que esta dramaturgia podría elaborarse a cuatro manos y quien mejor que Frank Spano. Amigo y discípulo con el cual comparto desde hace años muchos de mis proyectos de vida y muerte.
Ni Frank ni yo éramos especialistas en Pessoa, cosa que ayudó para el desenfado y el irrespeto que se merecen nuestros inmortales. Así que inicié el proyecto redactando una sinopsis que entregué a Frank. Él a su vez diagramó la estructura de la obra en seis cuadros asignándole un poema a cada uno. De vuelta a mis manos comencé dialogando el cuarto cuadro. Al volver a Frank, él se antojó del tercero. De vuelta a las mías opté por el quinto. Al cruzar la red para Spano se atrevió con el primero y segundo, para yo finalizar con el sexto y último. Una vez configurado este Frankestein literario nos juntamos por primera vez para corregir la obra y darle el punto final.
El título se lo debo, en parte, a Pilar Romero, quien inteligentemente me sugirió que cambiase la palabra “tedio” por “escindido”, quintaesencial palabra de la obra de Pessoa. El insomnio es el miedo a la muerte que lo convierte en inmortal. Los poetas no duermen… no mueren, por eso sufren de insomnio irremediablemente.
Una vez en las manos del director, (hablo de él al estilo “pessoano”) éste comenzó a retocar la oralidad sobre la escena. Fue cuando desapareció uno de los poemas, para dar paso al fado poético del mismo Pessoa: Horizonte, interpretado por Gerardo Soto, entre otros momentos, por ejemplo. Lo que más dolor de cabeza le dio fue el espacio: ¿Café?, ¿azotea?, ¿espejo?, ¿papel en blanco?, ¿escenario desnudo?, ¿desnuda calle?, ¿río?, ¿delta…? El espacio por más vacío, por muy “brookiano” que uno quiera mostrarlo es un espacio. Un volumen de tres dimensiones que se completan con la dimensionalidad del tiempo. ¿Cómo, entonces, escenificar el no-espacio sin llegar a la Nada? Quizá sea demasiado existencialista, pero quizá también, aún estén en plena faena buscando un espacio para Pessoa y sus heterónimos.
El proceso también ha tenido encuentros plurales. Sin llegar al superado absurdo de la creación colectiva, hemos llevado a escena una actividad de actuación creativa donde los actores proponían una protopuesta que configuraría la propuesta de la misa en la puesta en escena. Deberíamos advertir que todos los actores de este espectáculo proponen continuamente posibilidades estéticas que ensayan, yerran, descartan y aprueban. Ha sido una puesta dinámica que en el encuentro con el público seguirá manteniendo la dialéctica de su evolución. Aunque es peligroso decirlo, esta puesta no solamente es abierta, sino inacabada. Con esto retomamos una vez más el primigenio concepto del actor/performista que fundamentó las bases del THEJA más vital y agresivo de los años ochenta. No es una lectura nostálgica de nuestra estilística, aunque contenga la pieza una temática nostálgica de esteticismo poético. Nosotros no escogemos a los autores ni a los tema, son ellos los que nos descogen. THEJA celebra sus 25 años – que coinciden con mis primeros veinticinco años de profesión – con Pessoa: Escindido Insomne, una obra Aleph de la estética y estilística grupal. Un resultado que configura toda una vida artística dedicada al proceso de hacer y creer en el teatro en Venezuela.
Escrito para el Programa de mano. 1998
- Para entender al poeta portugués Fernando Pessoa hay que hacer una serie de ejercicios. Ejercicios sencillos de imaginación que nos permitan entrar en contacto con ese mundo tan especial que fue capaz de construir para gracia de la literatura universal del siglo XX.
- Lo primero que debemos imaginar es a un hombre llamado Fernando Pessoa que nace en Lisboa (1888-1935) bajo el signo de Géminis, vestido de negro con sombrero negro y bigote cuidadosamente afeitado en forma triangular. Lo podemos imaginar sentado frente a un escritorio mirando detenidamente el paso de las personas que van por Lisboa o sentado en un café tomándose una copita de vino verde. Una vez realizado este paso se tiene casi todo el terreno ganado para empezar a leerlo y disfrutar su escritura: “drama en gente”.
- Para Pessoa la palabra es un mecanismo capaz de “crear la vida”. Para ello creó máscaras por medio de las cuales hacer poesía. El resultado es toda una vitrina de más de 73 personas, 73 personajes diversos entre seudónimos y heterónimos. Escritores estos, cada uno con nombre y apellido que son capaces de tener vida autónoma: tono de voz, carácter, ideal político, gusto gastronómico, tendencia literaria, en fin: todo aquello que hace de una persona un ser individual. Pessoa crea a una serie de entidades literarias que existen tanto como cualquier poeta en la medida en que podemos comprenderlos a través de su palabra escrita. De hecho tres de sus más importantes máscaras poéticas han sido publicadas en igual cuantía que el mismo Pessoa. Este es el caso de Alberto Caeiro, Ricardo Reis y Álvaro de Campos.
- Lo primero que debemos imaginar para darnos una imagen de estos heterónimos es que: “Alberto Caeiro escribió más de treinta poemas. Era rubio, pálido y de ojos azules. Casi no tenía educación y vivía de trabajos temporarios. Hacía poesía por pura e inesperada inspiración. Escribía en un portugués descuidado. Era agnóstico y deseaba anular la muerte para negar la conciencia. Reinaldo Reis era de un vago moreno mate. Fue educado en un colegio de jesuitas y fue un médico autoexiliado en Brasil en 1919 por convicciones monárquicas. Su obra sería fruto de una delicadeza abstracta. Un autor purista cuyo lenguaje el mismo Pessoa consideró exagerado. Fue el más complejo de estos “disfraces”: privilegió el epigrama, la elegía y la oda, y era entendido en mitología antigua y perito en dificilísimas formas métricas. Álvaro de Campos era entre blanco y moreno, era un tipo de judío portugués. Tenía el cabello lacio tirado hacia un lado. Era ingeniero naval y latinista. Las afinidades con Pessoa eran más intrincadas y nebulosas. Practicaba el verso libre y luchaba de modo irreverente contra el portugués clásico. Era erótico y locuaz, además de un verdadero dandy peregrino”.
- Una vez que hemos definido los tipos poéticos que le dan sentido a la producción literaria de Pessoa, ahora podemos disponernos a “jugar” con su poesía. Para eso hay que buscar algún libro de poemas de Pessoa, Reis, Caeiro o Campos. La mejor sugerencia es acercarse sin una actitud extremadamente seria a los poemas de estos seres que componen el tablero del juego de Pessoa y sumergirse en un mundo pleno de preguntas y respuestas a lo más íntimo de un ser humano.
Escrito para el Programa de mano. 1998
El grupo THEJA representa una de las propuestas teatrales más representativas de los últimos veinticinco años del Teatro Venezolano. Sus inicios en el ámbito del teatro estudiantil estuvieron signados por la investigación escénica y la búsqueda de una estética propia. Así ha sido reconocido por la crítica nacional y los públicos internacionales, desde Latinoamérica en países como Colombia y Brasil, en Europa en el Festival del Mundo de Alemania y en África en lejanos escenarios de Egipto. Pero lo verdaderamente trascendente es la propia influencia y cambios que ha impulsado en nuestro país. Si bien podríamos hablar de una estética controversial, en el plano ético el compromiso de nuestra agrupación con el autor, nos lleva a plantearnos continuamente no solo nuestra propia autoría escénica y dramaturgia sino también, desde esta misma visión THEJA, a los grandes autores dramáticos. Pero entre los autores, un lugar especialísimo en nuestros montajes e interpretaciones, han tenido los POETAS.
Desde Pablo Neruda ene l año 1973, los poemas de García Lorca., Petrarca, el versos de Calderón de La Barca, Cervantes, Lope de Vega, los venezolanos Vicente Gerbasi, José Antonio ramos Sucre, Rafael Arraiz Luca, Guillermo Meneses… han estado presentes en muchos montajes. Más aún, también en nuestra autoría nos hemos empeñado en la visión íntima, personal, especulativamente biográfica de muchos artistas: Pirandello (“Hermes Bifronte” 1984), Armando Reverón (“Autorretrato de Artista con Barba y Pumpá” 1990), Guillermo Meneses (“Narciso Espejo, el marido de Nieves Mármol” 1996); han culminado procesos de investigación donde nos encontramos con la vida y la obra de estos creadores.
Hoy, con la producción del Proyecto Pessoa, nos reencontramos con una costumbre de vivir a los poetas y escenificarlos a nuestra manera. En plena investigación nos asombramos y regocijamos en los planteamientos que vamos haciendo propios y que están en estos autores que nos tientan con su elección. Ese tema, ese gran tema que nos ocupa cada día de nuestro hacer escénico es la OTREDAD, que con el poeta Pessoa y el secreto de su vida nos lleva al placer, al goce de su poesía como queremos mostrarlo y mostrarnos.
Escrito Editorial para el programa de Mano. 1998
DIRECTOR DE PRODUCCIÓN: José Simón Escalona
Javier Vidal, Maigualida Escalona, Gerardo Soto, Rosalio Inojosa, Frank Spano, Juan Carlos Pabón, Alonso Santana.
Consejo Nacional de la Cultura (CONAC), MERCANTIL Banco Universal
Embajada de Portugal, Fundación Previsora, Grostz Editora, Estudios Telearte
Pilar Romero, Prof. Antonio Márquez, Lic. Julio Estévez, Arq. José Pisano, Sr. Ramón Rodríguez, Douglas Palumbo, Christian Blanco, Daniel Morales, Luis Martins
REPRESENTACIÓN VENEZOLANA EN EXPO-LISBOA DE PORTUGAL. PALCO 5.
TEATRO ALBERTO DE PAZ Y MATEOS DEL GRUPO THEJA-CONAC
TEMPORADA 1998
José Simón Escalona
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