“MARILYN, LA ULTIMA PASION” *
NUEVE OBRAS CORTAS QUÉ CONFORMAN UN ESPECTÁCULO DE José Simón Escalona.
PERSONAJES:
DEL MUNDO DE LOS MUERTOS: LA TÍA OLIMPIA
LA TÍA CLARA
LA TÍA CHEPERO
EL TÍO CAMBURELLI
EL TÍO RAMÓN
EL TÍO CHIQUITO
DEL MUNDO DE ANGOSTURA:
LA FAMILIA: EL PROFESOR
LA ÚNICA MUJER
LA HERMANA
EL NIÑO
DEL BARRIO BAJO DE SANTA ANA: LA SAPOARA
AMBROSIO
LA SEÑA CONCHITA
DEL MUNDO ARTÍSTICO
PERSONAJE PROTAGÓNICO: EL DIRECTOR
PERSONAJES LITERARIOS: EL ACOMPAÑANTE
EL AMANTE
DEL MUNDO DE LAS EVOCACIONES
COROS: CORO DE BEATAS
CORO DE ENFERMERAS
CORO DE RUMBERAS DE CARNAVAL
CORO DE MODELOS DE "MONTREAL”*
IMÁGENES Y DISFRACES: SANTA ANA
CRISTO
FABIOLA
SYRA (ESCLAVA DE FABIOLA)
INÉS (LUEGO SANTA, PRIMA DE FABIOLA)
UN SOLDADO ROMANO
NIÑO ANGELITO
NIÑA ANGELITO
UN CURA
BOLA DE NIEVE
OTROS ESPECTROS DEL PUERTO: CALETEROS, MARINEROS, BORRACHOS, MARICAS Y PROSTITUTAS.
LAS OBRAS:
OBRA PRIMERA: "AQUÍ ESTA EL PUBLICO"
OBRA SEGUNDA: "LAS TRES TÍAS"
OBRA TERCERA: "LOS TRES TÍOS"
OBRA CUARTA: "FABIOLA"
OBRA QUINTA: “DIALOGO PARA DOS AMANTES"
OBRA SEXTA: "EL ULTIMO GRITO DE LA MODA”
OBRA SÉPTIMA: "SE APLICAN INYECCIONES”
OBRA OCTAVA: "SANTA ANA"
OBRA NOVENA: "MARILYN, LA ULTIMA PASIÓN"
EL ESCENARIO:
OBRA PRIMERA: EL ESCENARIO REPRESENTA UN ESPACIO ESCÉNICO DE UN TEATRO DONDE SE HA CONVOCADO AL PUBLICO. UNA CALLE, UN PUEBLO, AL FONDO, COMO UNA FOTOGRAFÍA, O COMO UN MURAL, EN DONDE SE ASOMAN LOS PERSONAJES QUE EN LA IMAGINACIÓN DEL DIRECTOR, LO DESCRIBEN EN SU ESENCIA ANCESTRAL.
OBRA SEGUNDA: EL SALÓN AMPLÍSIMO DE UNA CASA DEL PUEBLO, EN DONDE ESTÁN REUNIDAS LAS TRES TÍAS, COMO FANTASMAS QUE VIGILAN A LOS HIJOS DEL PROFESOR QUE JUEGAN EN LA ESCENA.
OBRA TERCERA: EL ESTUDIO DE RADIO BOLÍVAR DESDE DONDE EL TÍO CAMBURELLI SE DIRIGE EN SU PROGRAMA DOMINICAL A SU AUDIENCIA LOCAL. LA CASA DEL PROFESOR EN DONDE SE HA DADO CITA LA FAMILIA PARA ESCUCHAR EL PROGRAMA. UN FANTASMA MERODEA LA ESCENA, EL TÍO CHIQUITO, Él QUE NUNCA NACIÓ PARA VIVIR, SINO PARA MORIR.
OBRA CUARTA: EL TEATRO RIO, DONDE SE REPRESENTA LA TRAGEDIA "FABIOLA" COMO PARTE DE UNA VELADA PARA "RECOLECTAR FONDOS”. EL ESCENARIO ES EL PALACIO DE FABIOLA EN ROMA, AÑO 302, DESPUÉS DE CRISTO.
OBRA QUINTA: ANGOSTURA, El PASEO A LA ORILLA DEL RIO. DESDE LA HABANA, CUBA, BOLA DE NIEVE INTERPRETA LA DESPEDIDA.
OBRA SEXTA: LA CASA DEL PROFESOR, LA CIUDAD SE HACE UNA PASARELLA TOMADA POR LAS MODELOS DE LA AFAMADA CASA DE ROPA FEMENINA “MONTREAL”.
OBRA SÉPTIMA: EL INTERIOR DE LA CASA DE LA SEÑA CONCHITA. LA CALLE DEL CALVARIO Y EL MONTE DONDE CRUCIFICARON A CRISTO.
OBRA OCTAVA: LOS AMBIENTES DEL PUERTO DE “SANTA ANA", ESPECIALMENTE EL BAR DE LA SAPOARA, EL CINE ROYAL, Y LA CALLE DONDE SE DESARROLLA LA PROCESIÓN Y LUEGO LAS FESTIVIDADES CARNESTOLENDAS.
OBRA NOVENA: UN ESCENARIO, EL MUNDO DEL TEATRO. UN ESPACIO MÁGICO DONDE APARECEN MUERTOS TODOS LOS ACTORES. ,
OBRA PRIMERA: "AQUÍ ESTA EL PUBLICO”
EL ESCENARIO APENAS ILUMINADO, UN FOCO INTENSO RESALTA LA FIGURA DEL DIRECTOR, PRACTICA UN INTERMINABLE RETOQUE DE SUS LABIOS, EL LÁPIZ LABIAL REPASA Y DIBUJA MIL VECES SU BOCA. A VECES SE BORRA, INSATISFECHO DE LOS RESULTADOS, EL ROJO PURPURA DE LOS LABIOS Y VUELVE A COMENZAR LA TAREA.
EN LA ENTRADA DEL TEATRO, EL ACOMPAÑANTE, CON AIRE MISTERIOSO RECIBE AL PUBLICO, INDICÁNDOLE CON GESTOS HACIA DONDE DEBE DISPONERSE. TAMBIÉN ESTA VESTIDO DE RÍGIDA ETIQUETA. PARECEN AMBOS ESTAR ARREGLADOS PARA UNA GRAN CEREMONIA SOCIAL.
CUANDO EL PUBLICO TERMINA DE LLENAR LA SALA, EL ACOMPAÑANTE CIERRA LAS PUERTAS Y SE DIRIGE HACIA EL CENTRO DEL ESCENARIO DONDE SE ENCUENTRA EL DIRECTOR.
ACOMPAÑANTE: Señor Director.
DIRECTOR: Sí.
ACOMPAÑANTE: Aquí está el público.
EL DIRECTOR DEJA SU TAREA DE DIBUJARSE LOS LABIOS. CASI CON ASOMBRO Y SORPRESA MIRA EL PÚBLICO. POR UN INSTANTE PARECE TEMERLE. DA LA ESPALDA AL PÚBLICO, EL ACOMPAÑANTE NO SE INMUTA.
DIRECTOR: No quiero verlo.
ACOMPAÑANTE: Debe recibirlo.
DIRECTOR: Que salgan los actores.
EL ACOMPAÑANTE SE DIRIGE UN MOMENTO HACIA LOS ENTRETELONES, SE ESCUCHA UN CUCHICHEO DE NEGACIONES ENTRE CAJAS. EL ACOMPAÑANTE VUELVE AL ESCENARIO Y AL DIRECTOR.
ACOMPAÑANTE: Señor Director.
DIRECTOR: ¿Qué?
ACOMPAÑANTE: Reina la confusión. No era éste el comienzo del espectáculo.
DIRECTOR: No hay un espectáculo que ofrecer. Diles que vengan.
ACOMPAÑANTE: Tienen miedo.
DIRECTOR: Tengo miedo.
ACOMPAÑANTE: (HACIENDO ADEMAN DE SILENCIO) Shiiiiii!
DIRECTOR: Pero no es miedo de ustedes que están ahí. (SE DIRIGE AL PUBLICO) Están aquí para esto: vernos sobre el escenario y al final dictar una sentencia. ¿Qué nos importan las sentencias de ustedes?
ACOMPAÑANTE: (NUEVAMENTE HACE ADEMAN DE SILENCIO) Shiiiiiii!
DIRECTOR: Son menos importantes que las de nosotros mismos. Ustedes no significan nada, quizá la medida del éxito o del fracaso. Y eso, es tan poco importante entre nosotros, se escapa y se olvida con tanta facilidad, que está lejos de ser lo que buscamos. Ustedes no significan nada. Ahora, podéis salir del teatro.
SE CALLA. PAUSA TENSA.
ACOMPAÑANTE: Señor Director
DIRECTOR. Sí.
ACOMPAÑANTE: Al público no le gustan las amenazas. Nunca quedan satisfechos.
DIRECTOR: Tampoco lo estoy yo de ellos nunca. Jamás.
ACOMPAÑANTE: ¿No es usted, acaso, artista?
DIRECTOR: ¿Qué es un artista, un hombre?
ACOMPAÑANTE: ¿No tiene respuesta?
DIRECTOR: No. Aunque a veces pienso que es apenas un tumulto de recuerdos.
ACOMPAÑANTE: Señor Director.
DIRECTOR: ¿Qué?
ACOMPAÑANTE: El público bosteza.
DIRECTOR: ¿Qué puedo hacer?
ACOMPAÑANTE: Presentar un espectáculo,
DIRECTOR: Déjame pensar en uno.
ACOMPAÑANTE: No queda tiempo. ¿Para qué pensar?
DIRECTOR: Para que aparezcan los personajes.
ACOMPAÑANTE: Están ahí y esperan impacientes.
DIRECTOR: Diles que salgan.
EL DIRECTOR SALE DE ESCENA AVERGONZADO. EL ACOMPAÑANTE SE DIRIGE HACIA LA PUERTA DE LA SALA, LA ABRE DE NUEVO, AHORA TIENE ENTRE SUS MANOS LA BATUTA DE UN DIRECTOR DE ORQUESTA.
COMIENZA LA MÚSICA DE UNA OPERA. PUEDE SER “FAUSTO” DE GOUNOD. EL ACTO FINAL.
SE ABREN LAS PUERTAS DE LAS CASAS, EN UNA PUERTA APARECE "LA SAPOARA", EN OTRA, APARECEN LOS SEIS TÍOS, EN UNA VENTANA APARECEN EL NIÑO Y LA NIÑA EN UN CUADRO FAMILIAR QUE COMPLETAN EL PADRE Y LA ÚNICA MUJER. EN OTRA PUERTA APARECE CONCHITA (EN LA QUE DICE “SE APLICAN INYECCIONES”) Y EN UNA ULTIMA APARECE AMBROSIO. UN PERSONAJE LITERARIO, El AMANTE, CAMINA Y SE PASEA POR LAS CALLES DEL PUEBLO.
LOS PERSONAJES DEL RECUERDO DEL DIRECTOR SE HAN MATERIALIZADO EN ESCENA. AHORA SON UN CORO DE VOCES, ACOPLADAS, ACOPLADAS A LA MÚSICA, CREAN UN AMBIENTE DE ENSOÑACIÓN QUE TIENDE HACIA EL PAROXISMO.
El ACOMPAÑANTE VA DIRIGIENDO SU ORQUESTA DE PERSONAJES,
TÍO CAMBURELLI: ¡Al teatro! Ha llegado la ópera. Yo mismo organizo la comparsa.
TÍA CHEPERO: Huele a guayabas, hay un olor de dulce en el aire que parece renacer con la brisa que viene del río.
TÍO RAMÓN: ¡No creo en los partidos! Vivimos en un mundo amurallado de límites. ¡Ha muerto la libertad!
TÍA OLIMPIA: Esa habitación está plagada de encantos, es como si en cada uno de los frascos de esencias, de perfumes, se hubieran rezumado mis recuerdos.
TÍO CHIQUITO: Todos están recluidos en una soledad sin esperanzas. No conocen la alegría de la muerte. Aquí está la libertad del alma.
TÍA CLARA: ¡Somos todos unos hipócritas! Dios no se salva de nuestra hipocresía. ¡Cochinos, cerdos, castradme el sexo para siempre!
LA ÚNICA MUJER: Hijo, no te ensucies en la tierra, y sí vas a mirar el río, hazlo bajo la sombra.
EL PROFESOR: "Indocti discant et ament meminisse periti”. (LOS IGNORANTES APRENDERAN Y LOS QUE SABEN RECORDARAN SIEMPRE CON AGRADO) "Non schollae sed vite discimus”. (NO ESTUDIAMOS EN LA ESCUELA SINO EN LA VIDA, o NO ESTUDIAMOS PARA LA ESCUELA SINO PARA LA VIDA)
LA HERMANA: Mamá, no quiero sentarme más en la celosía los domingos, se acercan niños negros que tocan mis vestidos, y temo que algún día lo ensucien con su betún.
EL NIÑO: Hoy me acordé de mi pueblo, he visto a un ángel, y a un niño llevarse las manos a la cabeza: un auto aplastó su pelota, que se me antoja como un huevo de tortuga disecado por el tiempo.
AMBROSIO: La primera mujer de cualquier oriental, siempre es una marica. Que me lo digan a mí, que le he quitado el virgo a más de un carajito en este pueblo de mierda.
LA SAPOARA: ¡Pueblo de mierda! Voy vengarme. Algún día seré una artista de cine, para que todos los hombres en el Royal tengan que masturbarse mientras yo beso a un Hollywood maricón.
EL AMANTE: El hombre es perfecto sólo en lo físico. Los caballos y los hombres. ¡Lorca!
ACOMPAÑANTE: El pensamiento es infinito, no se desgasta, estamos salvados.
TODOS: (GRITAN) ¡Aleluya!
OSCURO.
OBRA SEGUNDA: "LAS TRES TÍAS”
EL SALÓN AMPLÍSIMO DE UNA CASA DE PUEBLO, SOBRIA, HAY UNA RADIO EN EL SALÓN. EN ESCENA SE ENCUENTRAN LAS TRES TÍAS. CHEPERO EN UNA SILLA MECEDORA, ELLA ES COMO EL PENDÓN DE UN RELOJ ANTIGUO. ES CIEGA. LA TÍA CLARA, EN UN RINCÓN, COMO SI SE OCULTARA DE LAS MIRADAS AJENAS CUENTA DINERO. LA TÍA OLIMPIA LLENA ALGUNOS FRASCOS CON LÍQUIDOS DE COLORES.
CERCANOS A LA TÍA OLIMPIA ESTÁN LA HERMANA Y EL NIÑO; LA HERMANA TIENE DISPUESTO UN JUEGUITO DE TE DE JUGUETE, EL NIÑO OBSERVA LAS ACCIONES DE LA HERMANA; LA HERMANA TIENE ALGUNAS MUÑECAS CON ELLA, EL NIÑO NO TIENE NADA. LA HERMANA SE DISTRAE EN JUEGO CON LAS MUÑECAS.
CHEPERO SE DEJA LLEVAR POR EL ÉXTASIS DEL AMBIENTE, HAY CALOR Y ELLA SUAVEMENTE SE ABANICA. CLARA SIENTE SU ACOSTUMBRADO DOLOR DE CABEZA. DEJA SUS ACCIONES Y SE DIRIGE A UNA MESITA CERCANA A LA SILLA DE CHEPERO. CHEPERO AL SENTIRLA PRÓXIMA, DEJA DE ABANICARSE. CLARA DESTAPA UNA CAJA DONDE HAY HOJAS DE PARRA, UNA POMADA DE OLOR PENETRANTE COMO EL ALCANFOR. CHEPERO NO SE PARA NUNCA DE LA MECEDORA. CHEPERO APENAS SE INCORPORA AL SENTIR LAS ACCIONES DE CLARA.
CHEPERO: ¿La cabeza?
CLARA NO RESPONDE, BUSCA EN LA CAJA LAS HOJAS DE PARRA. CHEPERO HABLA MIENTRAS CLARA SE PONE LAS HOJAS DE PARRA EN LAS SIENES.
CHEPERO: Las hojas de parra te aliviarán el dolor. (ALCANZA LA CAJA QUE TIENE ALCANFOR) Y el alcanfor, con esa frescura, con ese olor que se pega de las sienes y del alma, te hará sentir sin dolores, es como una cataplasma que colocas en tu frente y te olvidas de todo. De todo, Clara.
CHEPERO SE DA CUENTA QUE FASTIDIA A CLARA, PUES ELLA SE RETIRA DE SU LADO AGRIA, AMARGA, SE DIRIGE HACIA UNA ESQUINA DONDE COMIENZA A ENROLLAR BILLETES Y GUARDARLOS EN SU CORPIÑO, Y MAS LUEGO ENTRE LOS RINCONES.
LA ACCIÓN PASA AL JUEGO DE LOS NIÑOS QUÉ ESTÁN ABSTRAÍDOS DE LAS FANTASMALES TÍAS.
LA HERMANA. - ¡Los niños no juegan con muñecas!
EL NINO CORRE A UN RINCÓN DONDE EL ACOMPAÑANTE LE ENTREGA UN OSITO DE PELUCHE, UN POCO VIEJO Y RAÍDO. EL NIÑO LLEGA HASTA DONDE ESTA LA HERMANA, BUSCA PARTICIPAR DEL JUEGO. LA NIÑA LO RECHAZA NUEVAMENTE.
LA HERMANA. - No quiero a tu osito. Huele mal, de tanto dormir contigo está empapado de orín y no quiero que ensucie a mis muñecas.
EL NIÑO EN VENGANZA SACA DE SU BOLSILLO UNAS TIJERAS. LA HERMANA AL VERLAS SE SIENTE ATERRADA Y PROTEGE A SUS MUÑECAS. LE DICE CON MIEDO.
LA HERMANA: No les cortes el pelo a mis muñecas. Voy a contárselo a mamá, y después van a llevarte a casa de la Señá Conchita.
EL NIÑO CON TERROR SE SEPARA DE LA ESCENA. LA NIÑA PEINA A LAS MUÑECAS.
LA ACCIÓN PASA A CLARA QUE HABLA DESESPERADA EN UN RINCÓN DEL ESCENARIO.
TÍA CLARA: Si en verdad se acabara el dolor, o se aliviara. No es la cabeza, si supieran que no es la cabeza, pero cómo lo digo sin ofender a Dios. Son las piernas, el cuerpo, el sexo el que me duele de tanto ocio. Se me figura que mi vida es como la de una puta de "Santa Ana”: aquí está el dinero, aquí guardo el dinero, entre los pechos; pero, ¿los hombres? ¿Dónde se guardaron los hombres? ¿Dónde se escondieron con ese maldito juego de la "ere" que no me deja tocar a nadie.
EL NIÑO TIENE LOS OJOS VENDADOS, COMO EN EL JUEGO DE LA ERE, Y TRATA DE ALCANZAR A LA HERMANA QUE SIEMPRE SE ESCONDE, ELLA SE RÍE.
TÍA CLARA: ¿Y esas voces, esas risas? ¿Qué hago yo aquí sola? ¿Qué hago, qué? ¿Hacerme el estanque de mis amarguras? Soné con ellos, algún día hasta creí que se acercaban a mí y me poseían entre sueños, entre esas malditas sábanas limpias, blancas como desiertos. ¡Qué sed! ¡Qué largo es el tiempo entre este calor que no es de cuerpos! Y luego la edad, y el cansancio, y una aquí, sentada a la puerta de la Concordia todas las tardes calurositas de mayo, y de abril y de siempre. Y los niños, esos niños acercándose a mi puerta y mirándome con ese aire de lástima con que me miran. Y las otras mujeres preñadas de hijos, y los otros hombres, esos, los maricones hartos de sexo, pregonando sexo. Lo único que me hace sentir aliviada es saber que estoy lejos del pecado, y que Dios me recibirá algún día entre sus brazos y ya no me dolerá la carne. Dios, que aunque estoy muerta, no ha venido a tenderme la mano y salvarme de tantos dolores.
LA VOZ DE CLARA ES INTERRUMPIDA POR UN RECUERDO QUE HACE REÍR A CHEPERO, CON ALEGRÍA.
TÍA CHEPERO: ¡Carajo! Ese Fito si le echa vaina a la maestra. Anoche traía una borrachera que se arrastraba por la acera, y debajo del farol del frente de la casa de Fefa, comenzó a gritarle que le diera sus reales, que él se había jodido mucho para conseguirlos, el todo era que quería seguir tomando para terminar de emborracharse y acabar con los centavos de la maestra.
LA TÍA OLIMPIA INCRÉDULA POR SU INOCENCIA, RESPONDE AL CHISME DE CHEPERO. LE TRAE UN FRESCO DE LOS SUYOS A CHEPERO.
LA TÍA OLIMPIA: No me digas, Chepero.
LA TÍA CHEPERO: Lo peor es que Fefa salió con la correa en la mano y le cayó a carajazos a Fito. Me contó esta mañana la maestra, que Fito se cagó en los pantalones del vergajazo que le asentó.
RISAS FRESCAS DE CHEPERO Y DE OLIMPIA QUE SE MEZCLAN CON LAS RISAS DE LOS NIÑOS QUE SE CUENTAN ALGO CÓMICO. COMO QUIEN ESTA MIRANDO ESCONDIDO UNA ACCIÓN.
EL NIÑO: Mírale las bolas a Fito, parece que se le estuviera saliendo la cagalera.
LA HERMANA: Con los correazos de la maestra a cualquiera se le sale.
EL NIÑO: ¿Viste? Tiene el pipí arrugadito. (RÍEN)
TÍA OLIMPIA LE ENTREGA EL FRASCO ENORME DE PERFUME A CHEPERO.
TÍA OLIMPIA: ¿A qué huele?
TÍA CHEPERO: A recuerdos.
LA TÍA OLIMPIA SE RETIRA DE CHEPERO, VA HACIA DONDE SE ENCUENTRAN LOS HIJOS DEL PROFESOR.
TÍA OLIMPIA: ¿Qué miran?
EL NIÑO: El río.
LA HERMANA: Mentira. Veía a Fito. Está bañándose desnudo.
LA ACCIÓN PASA A DONDE SE ENCUENTRAN CHEPERO Y CLARA. CHEPERO BUSCA CONVERSAR CON CLARA.
TÍA CHEPERO: ¡Lo de Fito! ¿Supiste, Clara?
TÍA CLARA: Aquí siempre se sabe todo.
TÍA CHEPERO: ¡Qué vaina, mujer! Qué vaina tener un hijo tan viejo y vago como ese Fito de la maestra, y eso que no lo parió, sino se le caga encima a la pobre maestra.
TÍA CLARA: Se lo tiene merecido por pendeja, quién la mandó a criar muchacho ajeno. Yo no, carajo, yo ni me casé, ni salí a cuidarle carajitos a nadie.
LA ACCIÓN PASA HACIA DONDE ESTA OLIMPIA. PARECE HABER ESCUCHADO LAS VOCES DE CLARA. LOS HIJOS DEL PROFESOR ESTÁN CON ELLA, PERO AHORA COMO ESTATUAS, NO LA ESCUCHAN.
TÍA OLIMPIA: (CON EL DEJO DE TRISTEZA QUE LA CARACTERIZA) Yo sí, no tuve hijos, pero le cuidé los niños al profesor, mis sobrinos. Las malas lenguas me dijeron que no debía hacerlo por aquello de "a quién Dios no le dá hijos, el diablo le da sobrinos". El Diablo me los dio y yo fui feliz; por eso me mantuve peleada con Dios por el resto de la vida y se me ha escondido por el resto de la muerte. Construí aquel cuarto donde los niños jugaban, cuando murió mi marido. Lo llené con todo lo que quedó de la vieja pulpería; después me dió por colmar frascos con líquidos de colores, y al no encontrar una explicación para mis sobrinos, me acordé de aquello que me había dicho Chepero. Les inventé lo de las esencias. Porque eso significa la vida para mí, un puro invento.
LOS NIÑOS SALEN DE ESCENA, AHORA QUEDAN SOLAMENTE LAS TRES TÍAS, SOLAS Y AISLADAS.
TÍA OLIMPIA: (TRISTE) Esa habitación está plagada de encantos, es como si en cada uno de los frascos de esencias, de perfumes, se hubieran rezumado mis recuerdos.
TÍA CHEPERO: (SOÑADORA) ¡Huele a guayabas, hay un olor de dulce en el aire que parece renacer con la brisa que viene del río.
TÍA CLARA: (AMARGA) ¡Somos todos unos hipócritas! Dios no se salva de nuestra hipocresía. ¡Cochinos, cerdos, castradme el sexo para siempre!
OSCURO.
OBRA TERCERA: "LOS TRES TÍOS”
EN EL MISMO SALÓN ANTERIOR SE ENCUENTRAN REUNIDOS ALREDEDOR DEL RADIO LAS TRES TÍAS JUNTO A LA ÚNICA MUJER, ESPERAN ANSIOSAS EL PROGRAMA DOMINICAL DE CAMBURELLI. EN UN RINCÓN DE LA CASA SE ENCUENTRA EL TÍO RAMÓN, SENTADO EN El MISMO MECEDOR DE LA TÍA CHEPERO, EN UNA SILLA PEQUEÑITA, DELANTE DE ÉL, ESTA EL NIÑO. EN OTRO ANGULO, ENFRASCADO EN LECTURAS Y ANOTACIONES, SE ENCUENTRA SILENCIOSO EL PROFESOR.
UN FANTASMA SOLITARIO MERODEA EL SALÓN, EL TÍO CHIQUITO, QUE PARECE NO SER INVITADO A LA REUNIÓN FAMILIAR.
EN UN ANGULO SUPERIOR, DISTINGUIMOS EL ESTUDIO DE “RADIO ANGOSTURA". EL TÍO CAMBURELLI SE ENCUENTRA DELANTE DEL MICRÓFONO POR EL CUAL SE DIRIGE A SUS RADIOESCUCHAS, A SU LADO ESTA LA HERMANA, UN POCO NERVIOSA.
LA SAPOARA EN LA PUERTA DEL BAR, TAMBIEN ESCUCHA LA RADIO.
TÍO CAMBURELLI: Desde su Radio Angostura, la voz de la cultura, están sintonizando ustedes el programa dominical de Camburelli, para todo el público de Venezuela y la inmensa colonia italiana. (EN PERFECTO ITALIANO) Italia, 0 patria, degna di trionfal fama, il bel paese ch'Appennin parte e 'l mar circonda e Alpe. Italia, Italia, Magna parens "opera". (ITALIA, OH, PATRIA, DIGNA DE TRIUNFAL RENOMBRE, EL BELLO PAIS QUE LOS APENINOS CORTAN Y EL MAR Y LOS ALPES CIRCUNDAN. ITALIA, ITALIA, GRAN MADRE DE LA OPERA). Hoy tenemos la oportunidad especialísima de presentar a nuestro público de Guayana, una voz que helará el caudal del Orinoco. Una estrella, la voz infantil de la hija del profesor y sobrina mía.
EL TÍO CAMBURELLI PONE UN DISCO DE APLAUSOS, LE INDICA A LA NIÑA EL MICRÓFONO.
LA HERMANA: (TÍMIDA) ¡Gracias, muchas gracias por los aplausos!
LA FAMILIA EN LA CASA ESTA EXTASIADA EN ESCUCHAR LA VOZ DE LA NIÑA POR LA RADIO.
LA SAPOARA HABLA DESDE SU PUERTA.
LA SAPOARA: ¡La hija del Profesor! Si me dieran a mí la oportunidad sí que tendrían vedette para rato. Se acabaría la Tongolele; me llamarían, la tembladora del Orinoco, La zamura de Angostura, la laja de la sapoara. ¡La sapoara, pués, la sapoara para el mundo!
SIGUE LA CONVERSACIÓN EN LA RADIO.
TÍO CAMBURELLI: ¿Qué nos vas a interpretar en este debut?
LA HERMANA: Una canción que está muy de moda.
TÍO CAMBURELLI: El público del estudio de Radio Angostura, la voz de la cultura, aplaude tu triunfal brinco a la fama. (PONE EL DISCO DE APLAUSOS QUE CAMBIA RÁPIDAMENTE POR LA PISTA) Música maestro.
SE ESCUCHA LA MÚSICA DE LA CANCIÓN: "EL PÁJARO CHAGÜI" DE NESTOR ZAVARSE.
LA NIÑA LO INTERPRETA, AL FINAL DE LA CANCIÓN, LA MADRE LLORA DE EMOCIÓN, TODOS APLAUDEN.
TAMBIÉN HAY DISCO DE APLAUSOS.
TÍO CAMBURELLI: La han oído. Oh, voz bellísima, di grande virtute ornata. ¿Qué quieres responder al público que tan calurosamente te ha recibido?
HERMANA: Que estoy muy emocionada.
TÍO CAMBURELLI: Pequeña, tú en este momento eres una guía para los niños de este pueblo, un ejemplo de virtudes, una gran estudiante, una artista. ¿Cuáles son tus aspiraciones, qué quieres ser cuando seas grande?
HERMANA: ¡Mi mayor aspiración, lo que quiero ser cuando crezca! Lo que más quiero en el mundo es ser... ¡Adeca!
EN LA CASA SE CELEBRAN LA OCURRENCIA MIENTRAS EL TÍO RAMÓN MONTA EN CÓLERA AL ESCUCHAR ESTO.
TÍO RAMÓN: (FURIOSO) ¡Adeca! ¡Adeca! Qué sabe una niña lo que es ser adeca. No señor, es un descaro que le inculquen ser adeca a esa niña. (AL NIÑO) Y tú escúchame bien, tú que eres la posibilidad del mañana: no se puede creer en los partidos. Todos son iguales. No se puede tener filiación partidista, no se puede creer en la política. ¿Para qué ha servido el progreso social sino para negar al hombre como individuo? La moral es un asunto ético personal, es la libertad y el mismo individuo, por lo tanto amplísima e imposible de sostener en normas de moral pública. Vivimos en un mundo amurallado de límites. ¡Ha muerto la libertad.
EL TÍO CHIQUITO CON IMPACIENCIA INTERRUMPE LA CONVERSACIÓN DEL TÍO RAMÓN, PERO LE HABLA A ÉL, NO AL NIÑO QUE ESTA ABSTRAÍDO PENSANDO EN LAS PALABRAS DE RAMÓN. ÉL NO PUEDE COMUNICARSE CON EL TÍO CHIQUITO.
TÍO CHIQUITO: Es cierto, allá entre los hombres no hay libertad: todos están recluidos en una soledad sin esperanzas. No aprendieron nunca a construir sentimientos de solidaridad. Pero aquí sí, Ramón. No olvides decirle que aquí entre los muertos existe la solidaridad porque todos somos iguales. Háblale de la muerte, de la felicidad de la muerte. No hay miedo en la muerte.
TÍO RAMÓN: Yo no tengo miedo de la muerte como no lo tuve nunca de la vida, es lo mismo, todos los seres humanos están muertos en vida.
TÍO CHIQUITO: La muerte da un sentido a la vida. Yo nací para morir y conozco la alegría de la muerte.
TÍO RAMÓN: ¡Morimos como hemos vivido, sin motivos, porque si!
TÍO CHIQUITO: ¡Es un niño, RAMÓN!
TÍO RAMÓN: ¡Crecerá y necesita aprender! Tú no creciste nunca y no sabes nada de la vida.
TÍO CHIQUITO: ¡Los he oído! Los oigo hablar constantemente de sus viditas y he aprendido. Es cierto que no viví, afortunadamente no alcancé ni un sólo segundo de la vida porque ese sólo tuve que compartirlo con la muerte, algo que me condenó a una urna blanca y pequeñita. Pero ha sido una condena sólo en lo físico. El poco espacio apretujó el desarrollo de mis miembros, pero no el de mi alma.
TÍO RAMÓN: El alma es la moral, y la moral la integridad. No somos íntegros, el hombre no puede ser totalmente libre, lo condiciona una moral ajena.
TÍO CHIQUITO: (DESESPERÁNDOSE) Una moral que no existe entre los muertes.
TÍO RAMÓN: Existe una peor aún, somos cautivos al mismo tiempo de nosotros mismos, de nuestro pensamiento, de lo que somos. Morimos como vivimos. Aquí estoy yo reducido a una mueca de impotencia y conformismo. (SE DIRIGE AL NIÑO) No persigas la libertad, no te serviría de nada, aunque la tuvieras apretada entre tus manos no sabrías construir nada con ella, sería inútil.
TÍO CHIQUITO: (PROTESTANDO FURIBUNDO) ¡Es mentira! Mentira. Dile que existe el alma, dile que el hombre también es alma y salvación, y que aquí entre los muertos está la libertad del alma.
EL NIÑO: (AL TÍO RAMÓN) Tío Ramón, háblame del tío chiquito.
TÍO RAMÓN: ¡No existe! Algo que no es tangible no existe. Un hombre que no vivió no existe, y aquí entre los muertos, solo nos conocemos los vivos.
EL TÍO RAMÓN SALE DE ESCENA, EL TÍO CHIQUITO QUEDA A SOLAS CON EL NIÑO EN ESCENA, El TÍO CHIQUITO INTENTA COMUNICARSE CON EL NIÑO, LO BUSCA, PERO El NIÑO NO PUEDE VERLO, SE SIENTE SOLO Y SE DIRIGE HACIA LA RADIO, LA ENCIENDE. SE ESCUCHA EN OFF LA VOZ DEL TÍO CAMBURELLI QUÉ SE DESPIDE. COMIENZA A IRSE LA LUZ DE ESCENA MIENTRAS SE ESCUCHA LA VOZ DE CAMBURELLI.
TÍO CAMBURELLI: (EN OFF) Despedimos nuestro programa de hoy: "Ecos de la antigua Roma", escrito, dirigido, producido, musicalizado y presentado por el gran Camburelli, con una invitación extensiva a toda la familia por lo sano y constructivo del acto: La Velada Artístico Cultural que presentan las Hijas de María de la iglesia de Santa Ana y bajo la dirección del reverendo padre Machín. La tragedia clásica "FABIOLA" del distinguido Cardenal Nicolás Wiseman. ¡Al teatro, señores! ¡Id, al teatro!
SE ESCUCHA MÚSICA DE OPERA.
OSCURO.
OBRA CUARTA: "FABIOLA"
EL SALÓN DEL PALACIO DE FABIOLA EN ROMA, AÑO 302, DESPUÉS DE CRISTO.
FABIOLA ENGREÍDA, RECOSTADA CON UN ESPEJO DE PLATA EN UNA MANO, Y EN LA OTRA UNA DAGA. SU ESCLAVA SYRA, LA PEINA.
FABIOLA: Cansada de este encierro, de esta soledad, harta de los libros y de mí misma.
SYRA: Hay una manera nueva de salvarse.
FABIOLA: ¿Cuál?
SYRA: (CON MIEDO Y PENA) El Cristianismo.
FABIOLA. - (FABIOLA IRÓNICA) El Cristianismo, secta materialista, grosera y vulgar.
SYRA: No conoce sus fundamentos.
FABIOLA: Lo desprecio demasiado para ocuparme en tales cosas. Prefiero vivir el paganismo, sus dioses, sus vicios, sus fábulas, sus idolatrías. No creo en nada más allá de ésta vida, esta vida pensada para gozar de sus delicados placeres. (FABIOLA AGARRA A SYRA, LA ATRAE HACIA SÍ, LA BESA) Lo único que aborrezco y menosprecio de esta sociedad pagana, es la frivolidad de los jóvenes que me prodigan con aduladores obsequios y que no logran divertirme con sus necedades. (SE ACERCA NUEVAMENTE A SYRA) Pero tú, Syra, dime qué deseas por satisfacer mis ansias, háblame de tus virtudes y halágame con tus versos.
SYRA: (SERIA) Yo nada deseo, noble señora, a excepción de que seáis muy feliz; no tengo nada de que vanagloriarme; y si quieres oír mis versos no hago otra cosa que cumplir con mi deber.
FABIOLA: (MOLESTA) Se me figura que no eres muy dada a conceder elogios, porque jamás se te oyen palabras de adulación.
SYRA: ¿Y qué valor tendrían en labios de una pobre esclava y dirigidas a una dama insigne, acostumbrada a oírlas a cada instante de labios finos y elocuentes? ¿Acaso las creéis cuando son otras quienes os las dicen y no las despreciáis cuando proceden de una esclava?
FABIOLA: (CON IRA) ¿Pero es que aún ignoras que me perteneces y que tu obligación es servirme como me plazca? Tanto tu lengua como tus manos, como todo tu cuerpo, están a mi servicio; y quieras o no, harás lo que yo te mande. ¿Cómo has podido imaginar que una esclava tuviera otros deseos que los de su dueña cuando ni siquiera su vida le pertenece?
SYRA: (DIGNA) En todo lo que decís debo daros la razón. Sin embargo, hay algo que poseo y sobre lo cual no podéis ejercer vuestro dominio.
FABIOLA: ¿Puedes decirme qué cosa es esa?
SYRA: El alma.
FABIOLA: (IRACUNDA) ¡El alma! ¿Qué quieres significar con esa extraña palabra?
SYRA: Solo os diré que es algo que mora en mí, que huye de la muerte y de todo aquello que se relacione con ella. Aborrece por tanto la adulación y la mentira, ya que abren el camino de la falsedad y de la ruina.
FABIOLA: ¿Dónde te han enseñado esas tonterías? En mis años de estudio he podido convencerme de que todas esas ideas de una existencia espiritual son charlatanerías de poeta y no tengo por menos que despreciarlas. ¿Te atreves de veras a creer que cuando tu cadáver vaya a reunirse con los de los demás esclavos, muertos de embriaguez o a causa de azotes, tú resucitarás y volverás a nacer en otra vida de gozo y de entera libertad?
SYRA: Así es, señora mía. Creo aún más: me propongo sobrevivir a todas esas calamidades. Después de la muerte mi cuerpo volverá a la vida; y no para ser esclavo vuestro, ni de ninguna otra persona, sino que, libre y gozoso, poseerá la felicidad y la dicha eterna.
FABIOLA: Esas extrañas creencias, propias de una imaginería popular como la tuya, te inutilizan para desempeñar tus tareas; es preciso librarte de ellas. Cómo puedes imaginar siquiera que en esa soñada vida futura tú puedas ser igual e incluso superior a mí.
SYRA: Noble señora, sois superior a mí en autoridad, en instrucción, en ingenio. También en hermosura, en gentileza y en elegancia de vuestros movimientos; pero si os he de hablar con sinceridad, como me lo habéis ordenado, he de deciros que una pobre esclava poseedora de un espíritu inteligente y activo, llamado a la eternidad, a la habitación permanente de los cielos, y cuyo modelo es la misma divinidad, ¿no ha de considerarse superior a aquellas gentes que tienen por toda fortuna los dones insignificantes de este pobre mundo?
FABIOLA, REPRENDIDA Y HUMILLADA POR LA ESCLAVA, MONTA EN CÓLERA, ESTALLA EN UN ARREBATO DE IRA Y TOMANDO LA DAGA SE ARROJA SOBRE SYRA CON ANIMO DE HERIRLA. LA ESCLAVA SE PROTEGE EL PECHO CON EL BRAZO, RECIBIENDO LA AFILADA PUNTA DE LA DAGA ABRIÉNDOLE UNA HERIDA PROFUNDA.
SUENA UNA MÚSICA CELESTIAL Y SE APARECE LA IMAGEN DE SANTA INÉS, EN VIDA PRIMA DE FABIOLA. FABIOLA AL VERLA CAE EXTASIADA.
FABIOLA: ¡Inés! Prima mía, Inés, ¿cómo has regresado aquí de entre los muertos?
SYRA: (GRITANDO ENTRE EL DOLOR) ¡Milagro! ¡Milagro! Es una Santa, es la aparición de Santa Inés.
LA SANTA BROTA SANGRE DE SU SENO.
FABIOLA: Pero, ¿qué tienes ahí, qué brota de tus tetas? Es sangre.
SYRA: (HISTÉRICA) Ha curado mi herida. ¡Milagro!
SANTA INÉS: (MÍSTICA) ¡Es sangre! La única joya que me adorna. Sangre de una criatura humana; y si Dios es nuestro Padre, debemos considerarla como una hermana.
FABIOLA: ¡Una esclava hermana mía! No son más que nuestras propiedades, como cualquier otra cosa.
SANTA INÉS: Fabiola, voy a pedirte algo.
FABIOLA: (EXTASIADA) Pídeme lo que quieras, prima y santa. Tu aparición me ha convertido al Cristianismo, eres tú, eres tu mi prima Inés que viene desde los cielos convertida en Santa.
SANTA INES: Debes amar a tu esclava. Tuya es, pero a través del amor prodigado por Cristo, hijo de Dios.
FABIOLA ABRAZA A SYRA, SYRA SE ENTREGA A ELLA. AMBAS SE AMAN, EN UN ACTO CARNAL. LA SANTA GRITA.
SANTA INÉS: ¡Te has salvado, Fabiola! ¡Te has convertido al Cristianismo! ¡Aleluya! ¡Aleluya!
SUBE LA MÚSICA MÍSTICA AL CLÍMAX.
OSCURO.
OBRA QUINTA: "DIALOGO PARA DOS AMANTES” (Lecciones para un despecho)
LA CALLE ESTA DESIERTA, ES UNA VEREDA ANGOSTA Y EMPINADA CASI COMO UNA MURALLA QUE TERMINA EN UN MIRADOR. EN LA SOLEDAD DE LA TARDE, SENTADOS EN UN BANCO, SE ENCUENTRAN LOS DOS AMANTES: EL DIRECTOR Y ARTURILLO.
LA CONVERSACIÓN ES APENAS PERCEPTIBLE PARA LOS OÍDOS DE LOS CURIOSOS. EL DIRECTOR Y ARTURILLO MIRAN SIEMPRE HACIA ADELANTE. AMBOS VISTEN CORRECTAMENTE, MUY FORMALES. EL TRAJE DE ARTURILLO ES GRIS.
SE ESCUCHAN CINCO CAMPANADAS QUE VIENEN DE LA IGLESIA.
DIRECTOR: ¿Escuchas las campanas?
ARTURILLO: Sí.
DIRECTOR: Como cinco cuchillos.
ARTURILLO: ¡Ay!
DIRECTOR: Como cinco martillazos.
ARTURILLO: ¡Ay!
DIRECTOR: Como cinco gones que despiertan la noche en que te descubriré desnudo.
ARTURILLO: No quiero estar desnudo.
DIRECTOR: Hoy no...
ARTURILLO: Ni mañana.
DIRECTOR: ¿Y algún amanecer?
ARTURILLO: No lo sé.
DIRECTOR: Déjame verte desnudo esta tardecita de mayo.
ARTURILLO: ¡No!
DIRECTOR: Déjame verte desnudo esta última tarde de mayo.
ARTURILLO: ¡No!
DIRECTOR: (DESPUÉS DE UNA PAUSA) ¿Volverás?
ARTURILLO: Y me sentaré a tu lado en un banquillo de la plaza.
DIRECTOR. - ¿Cómo en este crepúsculo?
ARTURILLO: Y vendré vestido de blanco.
DIRECTOR. - ¿No más de gris?
ARTURILLO: No.
DIRECTOR: Ya no de gris. Fue todo hace tanto tiempo.
ARTURILLO: (SONRÍE AMABLE) Yo lo descubrí apenas ayer.
DIRECTOR: No debiste mirarlo.
ARTURILLO: Estaba entre tus cosas. (SE LEVANTA) ¿No estoy igual que en el retrato?
ARTURILLO SACA DE SUS BOLSILLOS UN LIBRITO DE PRIMERA COMUNIÓN Y UNA VELA BLANCA, IDÉNTICAS A LA APARICIÓN EN OTRO PLANO DEL NIÑO PREPARADO PARA LA PRIMERA COMUNIÓN, AL IGUAL QUE LA NIÑA, ACOMPAÑADOS DEL PADRE Y DE LA ÚNICA MUJER.
TAMBIÉN OBSERVA LA ESCENA EL ACOMPAÑANTE.
EL AMANTE Y El NIÑO LLEVAN ADEMÁS DE LA VELA UN ROSARIO PEQUEÑITO, UNOS GUANTES Y UN LAZO EN EL BRAZO DE PRIMERA COMUNIÓN, LOS ZAPATOS SON GRISES.
ESTA ENTRADA DE PERSONAJES ES ACOMPAÑADA POR UNA MÚSICA NOSTÁLGICA. TRISTE. LENTÍSIMA.
ARTURILLO: (MIRANDO SUS ZAPATOS) También los zapatos san grises.
DIRECTOR: (VOLTEANDO LA MIRADA) Arturillo.
ARTURILLO: Pensé que ibas a estar alegre, y reír.
DIRECTOR: No puedo hacerlo.
ARTURILLO: (APENADO) Es tan difícil hacer algo al atardecer.
DIRECTOR: ¿No quieres estar aquí?
ARTURILLO: Estas triste.
DIRECTOR: (RÁPIDO) No. (PAUSA, FALSAMENTE ALEGRE) Sólo que no quiero verte vestido así. ¿De qué sirven los recuerdos?
LOS PERSONAJES QUE HABÍAN ENTRADO SALEN, LA MÚSICA COMIENZA A BAJAR NUEVAMENTE.
ARTURILLO: Quiero oírte hablar de tus recuerdos,
DIRECTOR: Y yo quiero verte desnudo, a través del espejo, o mejor, a través de tus ojos. Tus ojos color de miel y de tirón. (RÍE, HABLA ALEGRE, RECORDANDO SIN TRISTEZAS, COMO EN UN CUENTO) Un tirón como el que vendía el portugués de la bodega de la esquina en la calle larga de Angostura. (RECORDANDO) Arturo, también se llamaba Arturo. Me gustaba ir y ver el frasco enorme que llenaban de tirones, y se hacía agua mi boca, y se hacían blandos. Los tirones de azúcar y papelón por el calor. Ahí estaban, sólo nos separaban el cristal de los frascos bocones. Y un día no resistí, rompí el frasco y corrí hasta mi balcón de piedras con los tirones en las manos, y los templaba entre mis labios y mis dedos, se estiraban hasta que se hacían unos finos hilos de caramelo igual que tus cabellos. Yo miraba el río que parecía un espejo bajo la resolana, el río, ancho y fuerte como tu cuerpo, voraz y huidizo como tú deseo. Y miraba llegar las chalanas remolcadas mientras sin pensar chupaba mi caramelo. Las chalanas que llegaban al puerto y donde trabajaban los hombres...
ARTURILLO QUE SE SABE DE MEMORIA EL CUENTO, YA LO ADIVINA, CORTA AL DIRECTOR.
ARTURILLO: ¡Los caleteros!
DIRECTOR: Si, los caleteros. Y podía ver la vida.
ARTURILLO: Y podía ver la muerte.
DIRECTOR: Los caleteros semidesnudos que sudaban mientras cargaban y descargaban la vida y la muerte, las ilusiones y el olvido.
ARTURILLO: (REPENTINO) ¡Quiere viajar en lancha!
DIRECTOR: No.
ARTURILLO: Quiero viajar a través del rio.
DIRECTOR: ¡No te vayas!
ARTURILLO: Me queda poco tiempo, son casi las cinco de la tarde.
DIRECTOR: Ven, no te vayas y abrázame.
ARTURILLO: Ya es tarde y solo queda un pasaje en la chalana que viaja por el rio.
DIRECTOR: Abrázame y bésame.
ARTURILLO: No quiero perder el último puesto.
DIRECTOR: Quédate conmigo.
ARTURILLO: ¿Qué me ofreces?
DIRECTOR: Puedo llevarte en las tardes a los malecones del rio. Puedo llevarte en curiara hasta Soledad.
ARTURILLO: Es muy triste. No quiero.
DIRECTOR: Puedo llevarte en las noches al cine del puerto.
ARTURILLO: Es muy feo, y tampoco quiero.
DIRECTOR: No te vayas.
ARTURILLO: Sólo queda un puesto en el ferri y es el mío.
DIRECTOR: ¡Arturillo! ¡Arturillo!
ARTURILLO SE HA IDO, EL DIRECTOR QUEDA SOLO EN ESCENA, AMAGA DETENERLO, PERO YA ARTURILLO DESAPARECE.
EL ACOMPAÑANTE ENCIENDE LA RADIO. APARECEN EN LA RADIO EL CUADRO FAMILIAR, PADRE, ÚNICA MUJER, HERMANA, NIÑO, TAMBIÉN LOS SEIS TÍOS.
APARECE DESDE LA HABANA, CUBA, BOLA DE NIEVE, QUE INTERPRETA EL BOLERO: "VETE DE MI”.
OSCURO.
OBRA SEXTA: "EL ULTIMO GRITO DE LA MODA”
AMBROSIO CAMINA TONGONEÁNDOSE POR LAS CALLES, SE ESCUCHAN EN OFF LAS VOCES ACUSADORAS, A LAS QUE AMBROSIO PARECE NO IMPORTARLE. AMBROSIO PORTA UNA MALETA.
VOCES EN OFF: ¡Marica! ¡Marica! ¡Marica!
AMBROSIO MIRA AL PUBLICO, LE PARECE RECONOCER QUE LAS VOCES VIENEN DE ÉL, SE ACERCA AL PUBLICO.
AMBROSIO: ¡Marica! ¿Tú me llamas marica? (A ALGUIEN DEL PUBLICO) Ah, mujer pendeja, pregúntale a tu hijo si no tengo el culo más sabroso que cualquier vagina zoqueta por ahí.
VOCES EN OFF: Mentira. Lengua viperina. Todas las maricas son iguales. Marica. Marica. Marica.
AMBROSIO: (RECIO) Yo sí, mi amor. Marica. Marica y a mucha honra. Yo me cojo cualquier cuca que se me resbale y doy mi culo cuando me enamoro. 0.K. Darling.
AMBROSIO LLEGA A LA CASA DEL PROFESOR, TOCA LA PUERTA.
LAS LUCES SE ENCIENDEN EN LA SALA DE LA CASA DEL PROFESOR. LOS NIÑOS SENTADOS LEEN SUS RESPECTIVOS LIBROS. LA ESPOSO DEL PROFESOR REVISA UN ÁLBUM DE FOTOGRAFÍAS. EL PROFESOR, ENFRASCADO EN SUS ANOTACIONES. CUANDO ESCUCHAN EL SONIDO DE LA PUERTA HAY UNA TENSIÓN FUERTE.
EL PROFESOR: ¿Quién puede ser?
LA ÚNICA MUJER: (NERVIOSA) Alguna visita.
EL PROFESOR: Alguna visita que no respeta la hora de la siesta.
LA ÚNICA MUJER: Debe ser un vendedor.
EL PROFESOR: No abras.
LA ÚNICA MUJER: (MÁS NERVIOSA) ¡Es Ambrosio!
HAY SILENCIO EN EL PADRE, LA MADRE ABRE LA PUERTA Y ENTRA AMBROSIO COMO QUIEN ENTRA A UN ESCENARIO.
AMBROSIO: ¡Soy Ambrosio! ¡El último grito de la moda! Los modelos para el verano de la afamada casa de ropa femenina "Montreal".
SE ESCUCHA UNA MÚSICA DE DESFILE DE MODA. INMEDIATAMENTE COMIENZAN A APARECER UNA DOCENA DE MODELOS (HOMBRES Y MUJERES), TODOS COMO EN UNA PASARELA, DESFILAN SUS VESTIDOS. EL PROFESOR Y LA ÚNICA MUJER OBSERVAN IMPÁVIDOS. IGUALMENTE LA HERMANA. EL NIÑO TOMA LÁPIZ Y PAPEL, COMIENZA A HACER UN DIBUJO.
MIENTRAS SE DESARROLLA LA ACCIÓN DEL DESFILE DE MODAS, AMBROSIO SE EMPEÑA EN CONTAR PÍCARAMENTE Y EN TONO DE CHISME, UN CUENTO. MIENTRAS TANTO, ESE CUENTO ES APENAS INTERRUMPIDO POR LAS VOCES DEL PROFESOR Y LA ÚNICA MUJER.
AMBROSIO: Se enteró ya que la hija del Gobernador se casa con un mecánico. Resulta que la niña está preñada; me enteré por la Señá Conchita, fue llamada para atender a la muchacha, y ésta entre mares de lágrimas le confesó que había metido la pata, imagínese usted, una muchacha de la alta sociedad casada con un pata en el suelo, yo sabía que ahí había algo raro, como iba el gobernador a aceptar ese matrimonio tan horrible de su hija.
EL PROFESOR: ¡Como dejas que Ambrosio visite esta casa!
LA ÚNICA MUJER: Porque me da miedo
AMBROSIO: Y lo del hijo del Bachiller de Asís, es que no se enteró lo de ese muchacho. Resulta que el muy picarón le había pedido dinero prestado al Bachiperez, con el argumento de que se había roto la unidad, la unidad del consultorio odontológico; pero lo cierto, es que le quitó el dinero al padre, porque el chulo, el negro culí que trabaja en el burdel de "Santa Ana" se metió en un lío de plata, y como el doctorcito no puede vivir sin que su negrito se lo coja, le quitó el dinero al pobre Bachiperez.
EL PROFESOR: ¿Por qué escuchas todos los chismes de Ambrosio?
LA ÚNICA MUJER: Porque me da miedo.
AMBROSIO: ¿Y supo que a la novia del club "El Comercio" se la cogieron la noche de la coronación?
EL PROFESOR: ¿Por qué dejas entrar a Ambrosio a esta casa?
LA ÚNICA MUJER: Porque me da miedo.
AMBROSIO: Pero tampoco era virgen.
EL PROFESOR: Tienes que decirle a Ambrosio que no vuelva a esta casa.
LA ÚNICA MUJER: Me da miedo.
AMBROSIO: Hasta les mamó el güevo.
EL PROFESOR: Es mal ejemplo para mis hijos la presencia de Ambrosio a esta casa.
EL NIÑO SE LEVANTA CON UN DIBUJO TERMINADO, SALEN DE ESCENA LAS MODELOS DE "MONTREAL:
AMBROSIO MIRA EL DIBUJO DEL NINO, DICE IRÓNICO.
AMBROSIO: Qué talento el de este niño. Va a ser un gran diseñador.
EL PADRE: (ROMPIENDO EL DIBUJO) ¡Voy a llevarte a casa de la Señá Conchita.
OSCURO.
OBRA SÉPTIMA: "SE APLICAN INYECCIONES"
EN EL INTERIOR DE LA AUSTERA CASA DE LA SEÑA CONCHITA ESTÁN EL NIÑO Y EL PROFESOR. UNA PEQUEÑA ESTANCIA QUE PARECE UN CUARTO DE BAÑO AMPLIO. HAY UN LAVAMANOS ENANO Y BAJO, SOBRE EL CUAL EL PROFESOR OBLIGA A QUE EL NIÑO PONGA LAS MANOS, QUEDANDO INCLINADO SOBRE EL PEQUEÑO LAVAMANOS. BAJA LOS PANTALONES DEL ATERRADO NIÑO, DEJANDO SUS NALGAS DESCUBIERTO.
APARECE EN UN ANGULO DE LA CASA LA SEÑA CONCHITA, ELLA VIENE DESNUDA CON UN DELANTAL BLANCO QUE LA CUBRE Y UN TAPABOCAS DE LOS QUE USAN LOS MÉDICOS EN LOS QUIRÓFANOS. TRAE UNA INYECTADORA ENORME. EL PADRE Y EL HIJO FORCEJEAN.
EL NIÑO: No.
EL PROFESOR: Pórtate como un hombre.
EL NIÑO: No.
EL PROFESOR: Como un macho.
EL NIÑO: No.
SEÑÁ CONCHITA: (CON FUERZA AL PROFESOR) Suéltelo, déjelo, profesor. Yo sé lo que tiene el niño.
SE PRODUCE UN CAMBIO DE ATMOSFERA. LA SEÑA CONCHITA SE DESTAPA.
SEÑA CONCHITA: Todo se confunde. Es el sol que le achicharra el coco a la gente. Y la resolana creando espejismos, inventando monstruos hasta en los ojos de los niños. Una costumbre: la confusión. Historia patria: Piar y Bolívar no pudieron entenderse. Y más acá, el doctor Siegart, yo soy pariente de él; pobre alemán, sacrificó su vida buscando un elixir alquímico y francmasón que curara todos los males y terminó amargando bebidas de cantineros. El error y el fracaso. No se crea, profesor, yo también tengo mis amarguras. Y no es que me consuelan las desgracias de los demás, pero me sirve para defenderme, porque en este pueblo a toditos los conozco por el culo; y es que un culo no miente. Mire, hay unos que lo traen apretadito, carajo; pero en el entrepliegue, se les descubre la sinvergüenzura. Hay quien lo trae generoso, pero sin abasto. El que lo trae en dos manos por alguna angustia, casi siempre moral. El que se la da de sabroso y lo agarran, mire pues, para prueba. El aseadito por fuera, pero ¡carajo!, sucio por dentro. El que tiene hemorroides y el que lo tiene roto, sollado, de tanto trajín. Hay culos pobres y ricos, culos jóvenes y desinflados; de rajita grande y tipo alcancía… toditos mostrando la verdad. ¡Quién me iba a decir que iba a terminar de “culomántica”. En lo que pelan el culo, ya les conozco la vida… y la inyección que andan buscando. Y yo le juro, profesor: esto es un confesionario, yo les cumplo como una santa, como un ánima, pues. Usted y yo sabemos lo que tiene el niño. Se lo juro, profesor: un culo no miente.
LA ATMOSFERA ES LA DE UNA PESADILLA.
APARECE UN HOMBRE TAMBIÉN DESNUDO, MUSCULOSO, FUERTE, QUE APARTA AL PADRE.
LA SEÑA CONCHITA DISTRAE AL PADRE, LO APARTA.
EL HOMBRE DESNUDO AMARRA LAS MANOS DEL NIÑO AL LAVAMANOS. LO SOMETE A LA FUERZA.
LA SEÑA CONCHITA SE ACERCA CON LA GRAN INYECTADORA. EL NIÑO LA VE Y TRATA DE ZAFARSE, PERO LA FUERZA DEL HOMBRE DESNUDO LO SOMETE.
SEÑA CONCHITA: Chillas como una niña.
EL NIÑO: ¡Suéltame!
SEÑA CONCHITA: No hables.
EL NIÑO: ¡Papá!
SEÑA CONCHITA: Tápale la boca (EL HOMBRE LO HACE CON SU ENORME MANO) Primero sentirás un pinchazo, luego un dolor penetrante se convertirá en escozor. Poco a poco tu cuerpo recuperará la calma, y terminarás por rendirte, resignarte calladamente a la aplicación.
LA SEÑA CONCHITA APLICA LA INYECCIÓN AL NIÑO. EL PEQUEÑO SE RETUERCE Y GRITA. LA SEÑA CONCHITA SALE LLEVÁNDOSE AL PROFESOR QUE NO HA QUERIDO MIRAR LA ACCIÓN.
EL HOMBRE DESNUDO Y FUERTE SIGUE SOSTENIENDO AL NIÑO QUE CONTINUA SU LUCHA. EL NIÑO VA CALMÁNDOSE HASTA QUEDAR QUIETO Y EXHAUSTO. EL HOMBRE DESAMARRA SUS MANOS, TAMBIÉN CANSADO POR LA FIERA LUCHA DEL NIÑO. AMBOS QUEDAN EN EL PISO. COMO EL FIN DE UNA VIOLACIÓN.
HOMBRE: No dirás nada. Si hablas se burlarán de ti. Nadie debe saberlo nunca.
EL HOMBRE SALE. QUEDA EL NIÑO EN ESCENA.
EL NIÑO: Yo me robé el cuerpo de Cristo. Yo lo escondí porque lo amaba. ¡Todo ha sido un invento!
OSCURO.
OBRA OCTAVA: "SANTA ANA"
SE ESCUCHA MÚSICA DE ROCKOLA, UN BOLERO DONDE SE LE PIDE PERDÓN A DIOS. CUANDO LA LUZ SE HACE SOBRE LA ESCENA, VEMOS A LA SAPOARA, RECOSTADA DE LA ROCKOLA, CON UN TRAGO EN LA MANO, BASTANTE EBRIA.
LA SAPOARA: Yo quise ser una actriz, aquí donde tú me ves, yo tenía pasta de actriz. Me lo decía el padre José: muchacha, tú tienes temperamento, tú tienes talento, dedícate a ser actriz. Yo me dediqué, me iba todas las tardes a la vespertina del Cine Royal. (RECORDANDO) El cine de “Santa Ana", ¡qué cine tan viejo, cará! ¡Duro, palo’e cine! El rió se desbordaba y el cine seguía ahí, uno veía doble la película, allá arriba en la pantalla, y abajo en el reflejo del agua que inundaba la platea; pero la gente iba, se sentaban en los espaldares de las butacas de hierro. En ese cine comencé mi carrera, de vespertina en matiné, ahí comencé, pero no a ser una actriz, aquello había quedado lejos. Yo fuí la esclava de Fabiola: Syra. A mí me gustaba esa comedia, yo sentía el papel de la crisTÍAna Syra. Fue mi debut y despedida. Me quedé con las ganas de seguir actuando. Mi primera vez yo rezaba y pujaba, sentía aquello como un castigo, un latigazo, un dolor infinito. Hasta que me acostumbré y fui olvidándome de lo santa. Actuaba, fingía, hasta que le agarré el gustico. (PAUSA) Hoy es día de "Santa Ana", eso que están oyendo son los toques de la misa de Santa Ana, no voy a ir a la procesión…
ENTRA EN ESCENA LA PROCESIÓN DE SANTA ANA, VARIAS BEATAS ACOMPAÑAN LA IMAGEN DE LA VIRGEN QUE PASEAN EN HOMBROS. HAY NIÑOS VESTIDOS DE ÁNGELES, LLEVAN VELAS EN LAS MANOS. EL CURA PRESIDE LA PROCESIÓN. UN CORO DE VOCES Y REZOS SE CONFUNDEN CON LA VOZ DE LA SAPOARA, QUE SIGUE HABLANDO EN SU BURDEL.
LA SAPOARA: Ya me cansé del santoral. Como te estaba contando, ahí en el Royal comencé mi carrera, una puñeta por una entrada. Haciendo puñetas, la mejor puñetera del puerto de Bolívar. Me hice una experta en la puñeta. Yo puñeteaba la vaina de un caletero con una mano, y con la otra me comía las cotufas empapadas de lágrimas porque Greta Garbo se moría en la cama de Margarita. Yo puñeteaba y lloraba. Y aquella hediondez a semen en las manos y en el cine, en las cotufas, en la boca, porque después mamaba, mamaba y veía mi película. Un día le mordí el que te conté a un individuo porque me impresionó la película, lo hice sin culpa, ¡tronco de coñaza!, me pusieron el apodo de "la caribe", “la caimana dulce". ¡Ah!, como me producían nauseas la esperma gruesa de los borrachos.
LA SAPOARA MIRA A LA VIRGEN DE SANTA ANA. LE GRITA.
LA SAPOARA: Santa Ana es mí patrona, patrona del puerto, del pueblo, del bar de la Sapoara. ¿Qué te parece vieja? La mejor puñetera, la mejor mamadora, la mejor puta de todos los tiempos. Soy una actriz, Anita. ¡Hollywood! Quiero que me prueben en Hollywood. "Los hombres la prefieren putas”, no rubias Marilyn.
EL CURA: (EN LA PROCESIÓN) ¡Y ahora canten todos!
LA PROCESION COMIENZA A CANTAR. PERO LA SAPOARA ENCIENDE NUEVAMENTE LA ROCKOLA.
LA SAPOARA: No. No canten oraciones. Guarden la virgen, hoy es día de fiesta. Yo decreto que hoy comienza el carnaval.
SE ESCUCHA LA CANCION: "ELLA SE LLAMA MICAELA”
LA SAPOARA: (SIGUE GRITANDO) Mi máscara, denme mi máscara que llegó el carnaval.
MUSICA DE CARNAVAL. LAS BEATAS AL QUITARSE LOS MANTOS SON TRANFORMISTAS VESTIDOS DE CARIOCAS. COMIENZA LA FIESTA DEL CARNAVAL MIENTRAS LA SAPOARA SIGUE GRITANDO.
LA SAPOARA: Este es un pueblo de mierda. Algún día voy a vengarme de todos ustedes. Voy a ser una actriz, voy a llegar a Hollywood. Todos los machos del puerto van a mirarme en las pantallas de los cines, en las revistas, en los posters, enseñando las tetas, el culo. Mostrando una sonrisa. Una mueca de satisfacción y de deseos. Un ídolo, una diva. Tendré la oportunidad de castigar a todos los que me utilizaron, pervertido, en este mundo de trueques y mercados. Llegó el Carnaval, prestadme una más cara, dadme una máscara que ha llegado el carnaval.
LA SAPOARA ESTA ENLOQUECIDA, MÁS AUN EL GRUPO QUE BAILA LA ZAMBA CARIOCA. SE ESCUCHA POR ENCIMA LA OPERA “PAYASO”.
OSCURO.
OBRA NOVENA: “MARILYN, LA ULTIMA PASIÓN”
UN SEGUIDOR DE LUZ HIERE LA OSCURIDAD, CAYENDO SOBRE EL DIRECTOR, SOLO, EN MEDIO DEL ESCENARIO. ESTA DESNUDO.
EL DIRECTOR: Soy un poeta. Soy un artista execrado de la sabiduría y la dignidad. Soy recuerdos. La forma. Lo he comprendido. Se abre el abismo. Sé que está delante de mí y no me puedo detener, ni emprender el vuelo para salvarlo. Me atrae irremediablemente, me pierdo, me extravío. Me he convertido en un fanático. Solo en eso: un fanático de mí mismo.
EL DIRECTOR BUSCA EN SUS BOLSILLOS, ESTÁN REPLETOS DE BARBITÚRICOS. CÁPSULAS Y PASTILLAS EMPIEZAN A LLOVER SOBRE SU FIGURA.
EL ACOMPAÑANTE APARECE CON UNA BANDEJA DE PLATA SOBRE LA CUAL UNA COPA DE AGUA Y OTRA CON UN MARTINI SECO Y SU ACEITUNA.
EL DIRECTOR TOMA PASTILLAS INDETENIBLEMENTE Y APURA EL MARTINI.
APARECEN SUS FANTASMAS. LAS TRES TÍAS, LA ÚNICA MUJER, LA HERMANA, LA SAPOARA, LA SEÑA CONCHITA Y AMBROSIO. TODAS VISTEN DE ENFERMERAS. BLANQUÍSIMAS, RÍGIDAS, TOCADAS Y PLANCHADAS.
CANTAN EL “HIMNO A LA ENFERMERA” LETRA DE ANDRES ELOY BLANCO.
PARECEN PEDIRLE QUE DETENGA LA ACCION.
EL DIRECTOR: No quiero.
EL DIRECTOR GIRA SU ROSTRO HACIA OTRO LADO Y APARECEN LOS TRES TÍOS, EL PROFESOR, TODOS ENFERMOS CON PIJAMAS DE HOSPITAL Y CAMISAS DE FUERZA. EL DIRECTOR TAMBIÉN EVITA LA APARICIÓN.
EL DIRECTOR: Apártense de mí.
EL DIRECTOR SE DIRIGE A OTRO LADO DEL ESCENARIO DONDE APARECEN EL NIÑO, DESNUDO, LLEVANDO ENTRE LAS MANOS UN VESTIDO DE MUJER, BLANCO, DE FALDA SUPERPUESTA DE TUL, UN TRAJE AL ESTILO DE LAS ULTIMAS FOTOGRAFÍAS DE MARILYN MONROE.
EL DIRECTOR: Estás aquí.
EL NIÑO Y EL ACOMPAÑANTE VISTEN CON EL TRAJE DE TUL AL DIRECTOR. EL NIÑO COMPASIVO VA DÁNDOLE MAS PASTILLAS.
APARECE EL AMANTE, TAMBIEN DESNUDO. BLANCO, CON LA PIEL COMO SI ESTUVIERA MUERTO. TRAE UN TELÉFONO NEGRO ENTRE LAS MANOS.
EL DIRECTOR: ¿A quién llamo?
ACOMPAÑANTE: No hay a quien llamar.
EL DIRECTOR MIRA EN DERREDOR. TODOS LOS PERSONAJES TIENEN UN HILO DE SANGRE QUE CORRE DE SUS LABIOS ABIERTOS. LA ATERRADORA IMAGEN DESAPARECE. EL DIRECTOR QUEDA NUEVAMENTE BAJO LA LUZ DEL SEGUIDOR.
EL DIRECTOR: Fe de erratas: ¡me he equivocado!
OSCURO. TELÓN FINAL.