Miembro fundadora y directivo de nuestra Agrupación Theja Teatro, es de las mujeres y personalidades teatrales más comprometidas con la formación de los jóvenes talentos, además de sus reconocidos trabajos como coreógrafa y directora.
A continuación, las palabras de justificación del premio:
ANGÉLICA ESCALONA (Premio FFG)
Su primer trabajo como coreógrafa, recién egresada del Laban Centre for Movement and Dance de la Universidad de Londres, fue para el grupo AUTOTEATRO, con la pieza vanguardista: Venus-Venereus en 1983; un espectacular instante escénico iniciático que la marcó en su carrera como coreógrafa y maestra de danza para actores teniendo como protagonistas, en esa oportunidad, a José Simón Escalona y Javier Vidal bailando un número de Bette Miller. Habiendo realizado también estudios en la London School Contemporary Dance (The Place) y pasantías en las compañías de Sara Pearson, Paul Taylor, Douglas Nielsen, Jean Pierre Perrault, Twyla Tharp, entre otros coreógrafos internacionales, en Venezuela se llega a destacar como bailarina integrante de la Compañía de Danza-Teatro de Abelardo Gameche. Maestra de danza, preparadora corporal y coreógrafa del grupo Theja, en piezas como “La hora del lobo”, “Cyrano”, “Troyanas”; y de la Compañía Nacional de Teatro -recién fundada por Isaac Chocrón- en montajes como “La verdadera historia de Pedro Navaja”.
Ha sido miembro fundadora de la Compañía Regional de Teatro de Guayana, Repertorista y Asistente de ensayo en el Ballet Nacional de Caracas y Maestra de Danza Contemporánea en el Instituto Superior de Danza. Profesora de la cátedra de Expresión Corporal en el Instituto Universitario de Teatro y del programa de Formación en Servicio PROFESSER.
Por más de una década fue Directora del Teatro Alberto de Paz y Mateos y productora ejecutiva del mismo. Desde 1998, creadora del Proyecto “Encuentro Nacional de Danza Convidados”. En 1992 funda su Compañía Thejadanzateatro, presentando trabajos de danza-teatro como “Trasmundo”; “Colección Privada”; “XL-1953”; “Relatos Íntimos”; “Julieta, somos otros, Romeo”; “Desolados”; “Al final del Viaducto”, entre muchos otros.
Sus coreografías, más que juegos corporales son rituales, relatos míticos que muestran que es imposible disociar el ritmo de su sentido ceremonial. El ritmo como procedimiento mágico con una finalidad inmediata y efímera: encantar con la fuerza del cuerpo y conjurar la debilidad del alma en su acepción poética más que religiosa. Escalona, en su dramagrafía o discurso coreodramático emerge el movimiento oscilante de la dualidad: de lo masculino y lo femenino, la mente y el cuerpo, la consciencia y la inconsciencia, lo malo y lo bueno, el yin y el yang, lo feo y lo bello, lo inmanente y lo trascendente.
En el teatro-danza de la maestra Escalona, (mentada por sus allegados como Linn) el relato se cuenta como una historia del cuerpo, no como literatura bailada. Si acaso existe una lógica, no es una lógica de la consciencia, sino del cuerpo, una que se adhiere, no a las leyes de la causalidad, sino a los principios de la analogía. En el fraseo coreográfico, siempre hay un momento de exceso, de distorsión física que afecta la situación de los cuerpos en el espacio. No son historias de cuerpos, son cuerpos cargados de historias. No en vano también se deja llamar por algunos preceptores estéticos: “teatro físico”.
El aporte de Angélica Escalona, al teatro y la danza por separado y por fusión de ambas, es de considerable trascendencia cultural. Maestra que deja marcadas sus huellas en el largo camino de puentes y encrucijadas de su carrera artística.
Discurso de agradecimiento de Angélica Escalona:
El tiempo es un regalo de Dios. Bien lo dijo Cervantes: “Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades”. Tener un reconocimiento como este premio Fernando Gómez, es darme la oportunidad de recordarme mi ruta, mi caminar por las artes escénicas. El bailar me conecto con mi tierra, el Teatro con el pulso de mi corazón, y el aula con mi esencia familiar.
Mis padres fueron educadores, mi hermano José Simón y el Grupo Theja han sido mi casa, mis guías, mi refugio, mi formación, de ahí vengo y ahí me he permitido, o mejor dicho me han permitido en el tiempo, conocer los triunfos y también los fracasos, he sufrido las ausencias, los engaños y por qué no decirlo, las lealtades y deslealtades, he llorado y fluido en ese llanto, porque también se transformó en amor, pasión, fe, esperas y resiliencia emocional por el teatro, y reafirmar mi propósito artístico. Siempre ha sido complejo reencontrarme en las tablas y la gente a veces no sabe cómo definirme si soy de danza o teatro, si soy coreógrafa o directora, si soy productora o docente, pero ha sido parte de mi proceso que me ha permitido retarme e indagar y buscar mi propio y auténtico sentir. Por todo lo aprendido y reeditarme en las tablas, va mi agradecimiento a todas esas entidades que me han alojado en su seno y han hecho de mí ser lo que soy hoy en día; reitero a mi hermano José Simón, a Javier Vidal, al Grupo Theja, al Ballet Teresa Carreño, a La Compañía Nacional de Teatro, al IUDET, hoy llamado UNEARTE, a toda esa gente en las miles de funciones y talleres compartidos en danza y en teatro, a nuestro gran proyecto del 50 Aniversario del Theja: la creación de MicroTheja Margarita con todos sus talentos regionales; una mención muy especial a la FUNDACIÓN FERNANDO GÓMEZ y a su presidente Luigi Sciamanna y los miembros del jurado de este premio, que hoy tengo el honor y el orgullo de llevarlo en mis más preciadas vivencias de mi transitar artístico y que lo recibo con toda la humildad como lo fue en vida, mi amado, admirado y respetado DON FERNANDO GÓMEZ .
Gracias por esta bendición de otorgármelo.
ANGÉLICA ESCALONA.